LA TUNDA


Las tinieblas y el silencio ambientaban el ámbito. No se escuchaba el movimiento  de las hojas  de palmeras. Que por costumbre y caprichosamente zarandeaba el viento. El adolecente despierto y atento, solo y pensativo, recordaba las noches felices junto a su madre y hermanos que habían pasado en días anteriores.

Graciosamente, a pesar de las tinieblas, agudizaba su visión, empecinado en descubrir un haz de luz entre las rendijas de las paredes de madera.

Fue sorprendido por el toc-toc de la puerta que daba a la calle: ágilmente se levanto de la cama pensando que su soledad tenia compañía y que pronto encontraría respuestas a sus interrogantes.

Frente a la puerta, antes de abrirla, atina a preguntar:¿Quién es? Y una voz femenina, la de su madre, le alborozo el corazón. Tan pronto tuvo a la autora de sus días frente a el inquirió por las razones de su imprevista llegada. “vengo a llevar el dinero del reinado”, fue la escueta respuesta, mientras juntos caminaban a la alcoba materna.

 Entre suspenso y alegre, el buen mozo interrogaba sobre los aspectos concernientes al acto de coronación en la que su hermana participaba con bastante apoyo popular, frente a dos hermosas opositoras, confiado de que ella ganaría el cetro. No vencería la mas bella, pero si que la de mayor recaudo hubiera logrado para el cuerpo de bomberos voluntarios de su pueblo.

“Es una gran obra ¿Cómo estamos?” ¿Ganaremos?, insistia el muchacho obteniendo apenas contestación de su amada madre, quien respondia con monosílabos, entre seria y cordial.  

Lentamente y sin deseos de hablar mucho, la madre saco del armario la cartera que contenía el dinero, producto de muchos bailes y serenatas. “más tarde vuelvo”, fueron las ultimas palabras al hijo que la acompaño hasta la puerta y que se cerraba en la medida en que su vieja salía hacia la noche profunda.

No había pasado un segundo de haber cerrado la puerta , cuanto intrigado por algo la abrió y ¡vaya¡, su mama había desaparecido, fenómenos que le pareció extraordinario porque por muy rápido que hubiera caminado habría tenido tiempo de voltear en la esquina.

Este hecho lo dejo pensativo, quedo con la lámpara de queroseno, que sostenía entre sus manos, pues en ese recondicto pueblo del litoral, no había luz eléctrica, salvo en poquísimas casas de ricos. Recordó que ella, que hacia pocos segundos había estado allí, estaba vestida con la ropa de trabajo.

Sintió pena que en todo un acto de coronación la madre de una de las reinas no hubiera asistido bien trajeada, se decía mentalmente. “para el colmo se vino sola”, seguía pensando el joven.

Rápidamente se vistió y salió a las calles de aspecto fantasmagórico. Por el conocimiento que de ellas pudo orientarse: el pequeño pueblo costero estaba vacio y ni si quiera un perro vagabuendo ladraba. Alla a la escuela, utilizada como coliseo, llego; había mucha gente que gritaba y bailaba. Era el único lugar del pueblo donde la alegría era desbordante.

“Un peso, dos pesos, cinco pesos”, ofrecia cada cual por la candidata de su preferencia, al tiempo que acudían a las urnas a depositar el dinero, haciendo fuerza para que su favorita ganara.

Entre el tumulto, pudo llegar hasta su madre, observando algo de tristeza en sus ojos como en los de su hermana reina y demás hermanos.

“Aparece que estamos perdiendo, los ricos del pueblo dan mas plata por las otras; no me gusta esta vaina, maldita suerte” pensó.

Con semblanza de enojo, la vieja que sorprendentemente si estaba elegantemente vestida, al ver al hijo lo increpo: ¿Qué haces vos aqui?, te dije que te quedaras cuidando la casa?.

“Vine mama a preguntarle si usted estuvo en casa, hace poco?”,respondió el muchacho y ella, intrigada, mirándolo de pies a cabeza, contesto:

¡No…! Muchacho, ¿Cómo se te ocurre?

Eran las doce de la noche y su madre había salido al coliseo desde las seis de la tarde.
Dice que fue “La Tunda” que le hizo tan mala jugada.

Cuentan los viejos que este personaje mítico es una mujer que se le aparece a los niños y aun a los adultos tomando la forma de la mama, de una mujer bonita o de una pariente cercano, que los llama por su nombre y paso a paso se los lleva a los montes. Allí los “entunda” o los pierde del camino y la comida que les da son camarones crudos que los cocina con los pedos. Para desentudarlos tiene que ir el padrino y los padres con oraciones y conjuros, con bombos y platillos, para que los devuelva. Este esotérico personaje tiene un pie humano y otro en forma de molinillo el cual hábilmente esconde cuando enfrenta a alguien.

La única manera de reconocerla es descubriendo su pata de molinillo que no ha podido transformar a través de los siglos. Según la tradiccion, defendida a capa y espada por el folclorologo Esteban Cabezas, la tunda es el fruto del amancebamiento del diablo con una bella negra que enamora en una noche de currulao.        

6 comentarios:

  1. De miedo uuuuuuuuuuuuuuuuu casi me eriso pero no entiendi 😨😨😨👿👿👿🙇💛

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  2. casi ni entendí eso pero no parece leyenda eso da miedo o la
    imagen se be feo

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  3. Feo es mejor la leyenda de la T que no se puede ver en la calle 4 que no se puede ver en la calle 4 que no se puede ver en la calle 4 que no se puede ver en la calle 4 que no se si es la primera que la de mi casa 🏡 no me parece justo al final del cuento del terror y de las cosas muy buenas en que no hay que ser una buena idea que no se puede hacer nada en el futuro y no es lo mismo q la gente de la temporada que se va de

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  4. una mujer fea que tiene un pie de molinillos o de raíz de un árbol y el otro como el de un debé se lleva a los bebé sin bautiempo y a los desobedientes

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